viernes, 13 de junio de 2014

A escondidas

Cuando no estoy en casa hace de las suyas, hace uso de todo el lugar, come lo que no debería comer. Pero una vez que llego se hace la santa y se encierra en su espacio, como que no nos vieramos.

Enciendo la TV se mira lo que yo quiero, no dice nada. Enciendo la computadora, se navega donde yo quiero, no dice nada. Mi comida es mi comida, no la pienso compartir con ella, que se rebusque. Eso sí, me retiro a mi habitación y actua como que no estuviera, hace de las suyas y como lo que quiera, incluso mi comida.

La agarró por sorpresa cuando por mi ritmo circadiano del sueño desordenado me levanto sin avisar, a las 2 o 3 de la madrugada, y sale disparada a esconderse debajo del sofá.. Maldita cucaracha!

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