viernes, 5 de abril de 2013

Venenos que curan

Si alguna vez ha sido picado por una abeja, avispa, alacrán o serpiente sabe que el dolor puede ser desde molesto hasta insoportable y si es alérgico puede pasar un muy mal momento mientras lo atienden.

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Michael estaba de vacaciones en México y decidió ir a nadar. Hacía calor, tomó su traje de baño de una silla, se lo puso y se lanzó a la piscina. En lugar de un alivio refrescante, un dolor ardiente corrió por la parte posterior de su muslo. Se arrancó el traje de baño y saltó desnudo fuera de la piscina, con la pierna ardiendo.

Detrás de él una criatura fea y amarilla se movía en el agua. La sacó y la colocó en un recipiente; lo llevaron a la Cruz Roja, donde los médicos identificaron rápidamente al atacante: un alacrán Centruroides sculpratus, una de las especies más venenosas de América del Norte.

Lo inyectaron y le dieron de alta unas horas después. En unas 30 horas, el dolor había desaparecido.

Por ocho años, Michael había padecido una condición llamada espondilitis anquilosante, enfermedad autoinmune crónica del esqueleto, una especie de artritis espinal. La espalda le dolía cada mañana, y durante los episodios malos era tan horrible que no podía ni caminar. Después del día de la picadura del alacrán el dolor desapareció, y hoy dos años después sigue sin dolor y sin necesidad de tomar sus medicamentos.

"Si el dolor regresara, dejaría que el alacrán me volviera a picar"
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Hace unos años, un amigo de la Universidad se enfermó de cáncer de estómago, les recomendé a los padres la medicina biológica o el tratamiento cubano de escorpión azul. Se me quedaron viendo como que les había recomendado visitar a un "Chaman" que agita su ramita de ruda en tu cara. Tres meses asistimos al funeral de mi amigo.

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Se ha descubierto que una neurotoxina del alacrán dorado se adhiere a la superficie de las células de cáncer cerebral. La razón por la que los tumores "regresan" es que los cirujanos no distinguen de manera confiable las células buenas de las malas en los bordes de crecimiento tumoral. Las imágenes de resonancia magnética no detectan masas menores de 1,000 millones de células. Esto significa que los cirujanos tienen que encontrar los límites de los tumores y el tejido sano simplemente por pistas visuales y de textura.

Con la "pintura para tumor" derivada del veneno del alacrán se puede identificar masas de hasta 200 células tumorales, esto permitirá que los cirujanos remuevan el cáncer quizás hasta en un 100%.

Se calculan 100,000 animales venenosos, se estiman 20 millones de toxinas, 10,000 conocidas por la ciencia, 1,000 estudiadas a profundidad. Todo un tesoro por descubrir.

Así que cuando vea un animal venenoso tenga cuidado y respeto, que al igual puede terminar con su vida se la puede salvar también.


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